Tumores de las glándulas suprarrenales
La mayoría de los tumores de las glándulas suprarrenales son tumores localizados en el área adrenal y por lo general se identifican por casualidad, ya que no producen ningún síntoma. En la mayoría de los casos, los tumores suprarrenales son benignos y no requieren tratamiento, pero hay algunos que son malignos o cancerosos. Algunos tumores cancerosos incluyen: carcinomas, también conocido como cáncer adrenocortical, que es el crecimiento de células malignas en la capa exterior de la glándula adrenal; feocromocitoma es un raro tipo de tumor que se asocia con otras enfermedades o tipos de cáncer en el paciente, tales como el síndrome de neoplasia endocrina múltiple (MEN); y el neuroblastoma, el cual aparece en la infancia, a veces incluso antes del nacimiento, y tiene síntomas muy dramáticos (bultos en el abdomen, el cuello o el pecho, inflamación del estómago y dolor en los huesos, los ojos saltones con ojeras, o incapacidad para mover una parte del cuerpo). El tratamiento de estos tumores por lo general se adapta a cada paciente y su evolución, pero la más común es la cirugía para extirpar el tumor, que complementa la operación con la quimioterapia y la radioterapia.
11-10-2023
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Tumores de las glándulas suprarrenales

La mayoría de los tumores de las glándulas suprarrenales son tumores localizados en el área adrenal y por lo general se identifican por casualidad, ya que no producen ningún síntoma. En la mayoría de los casos, los tumores suprarrenales son benignos y no requieren tratamiento, pero hay algunos que son malignos o cancerosos. Algunos tumores cancerosos incluyen: carcinomas, también conocido como cáncer adrenocortical, que es el crecimiento de células malignas en la capa exterior de la glándula adrenal; feocromocitoma es un raro tipo de tumor que se asocia con otras enfermedades o tipos de cáncer en el paciente, tales como el síndrome de neoplasia endocrina múltiple (MEN); y el neuroblastoma, el cual aparece en la infancia, a veces incluso antes del nacimiento, y tiene síntomas muy dramáticos (bultos en el abdomen, el cuello o el pecho, inflamación del estómago y dolor en los huesos, los ojos saltones con ojeras, o incapacidad para mover una parte del cuerpo). El tratamiento de estos tumores por lo general se adapta a cada paciente y su evolución, pero la más común es la cirugía para extirpar el tumor, que complementa la operación con la quimioterapia y la radioterapia.
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