Sedación y anestesia general
La sedación y la anestesia general son la disminución o eliminación del dolor mediante la administración de sustancias al paciente durante una intervención. La sedación permite al paciente rebajar su nivel de consciencia, es decir, reducir la excitación del sistema nervioso central, a fin de tranquilizarle y cambiar su percepción del dolor. El estado de consciencia varia según el tipo de sedación, profunda o superficial. Así se puede conseguir que el paciente esté somnoliento, pero que responda a órdenes o bien que no reaccione a ningún tipo de estímulo. La anestesia general, igual que la sedación profunda, es un estado reversible y temporal de inconsciencia, esto es, el cese de actividad del sistema nervioso central con la consiguiente perdida de dolor en todo el cuerpo. En odontología, la anestesia general está indicada en lactantes y niños pequeños, en personas con enfermedades mentales, en pacientes alérgicos a los anestésicos locales, y en intervenciones quirúrgicas muy extensas. Los fármacos o drogas utilizados como anestesia general o sedación pueden ser administrados de forma inhalatoria, intravenosa, intramuscular, oral o rectal. Tanto para la sedación como para la anestesia general, el equipo médico deberá realizar un estudio previo del individuo para garantizar su seguridad y su efectividad durante las intervenciones.