Dejar de fumar
Fumar es la intoxicación aguda o crónica producida por el uso de tabaco adictivo. Presenta todas las características de cualquier trastorno de dependencia generado por sustancias tóxicas, incluido el síndrome de abstinencia que se produce cuando se suspenden; en este caso, nicotina. Fumar tiene una serie de consecuencias para la salud que afectan al cuerpo en general: trastornos pulmonares y respiratorios, diarrea, vómitos, vértigo, fiebre, extremidades frías y, en casos muy graves, colapso y paro respiratorio. Las enfermedades comunes entre los fumadores son: respiratorias, como laringitis o bronquitis; Trastornos digestivos, como gastritis o acidez estomacal (hiperclorhidria); Enfermedades cardiovasculares, tales como arteriosclerosis; y otros como angina de pecho o cáncer de pulmón. En la actualidad existen numerosos programas para dejar de fumar que incluyen algunas terapias complementarias, como la terapia de reemplazo de nicotina en pacientes con alta dependencia física o antidepresivos.
Dejar de fumar es una terapia para dejar de fumar. Dependiendo de la actitud del individuo, dejar de fumar puede incluir diferentes tratamientos, como el uso de pastillas. Hay tres tratamientos diferentes que han demostrado ser efectivos a lo largo de los años.
- Terapia de reemplazo de nicotina en forma de parches o goma de mascar.
- Bupropion: un medicamento antidepresivo que se ha demostrado eficaz para dejar de fumar.
- Vareniclina: una droga que bloquea los efectos de la nicotina en el sistema nervioso al disminuir el deseo de fumar.
El tratamiento se administra por 12 semanas, aunque en algunos casos se puede extender.