Falta de apetito
¿Qué es falta de apetito?
La falta de apetito puede ser persistente o temporal. Puede ser causado por varios factores, algunos de ellos originados por una afección subyacente que podría tener repercusiones potencialmente peligrosas. Esto a menudo conduce a una pérdida repentina de peso y a una debilidad física y psicológica.
¿Cuáles son las consecuencias?
Las consecuencias más comunes de la disminución del apetito son:
- Una falla en obtener todos los nutrientes necesarios y la ingesta calórica para preservar su salud y evitar el desgaste físico y psicológico;
- Adelgazamiento;
- Deshidratación (esto podría ser particularmente peligroso para los niños y para los ancianos, especialmente cuando hace calor).
¿Qué pruebas se pueden hacer si tiene menos apetito?
Su médico puede recetarle una o más de las siguientes pruebas para determinar si la disminución del apetito es causada por una afección subyacente:
- Hemograma completo;
- Prueba de heces;
- Prueba celiaca;
- Prueba de la bacteria Helicobacter pylori;
- Pruebas de detección para evaluar la salud de su hígado;
- Más análisis de sangre para asegurarse de que no tenga deficiencias de vitaminas.
¿Qué causa falta de apetito?
Disminución del apetito puede ser causada por numerosos factores. Estos son los más frecuentes para el apetito disminuido prolongado:
- Condiciones potenciales: anorexia nerviosa, bulimia , casi cualquier tipo de tumor, problemas respiratorios como EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), infección por VIH , enfermedades hepáticas ( hepatitis o insuficiencia hepática), hipotiroidismo , infecciones gastrointestinales u otras afecciones cardíacas.
- Tomar ciertos medicamentos (por ejemplo, medicamentos de quimioterapia o algunos antibióticos);
- Intolerancias alimentarias ;
- Razones fisiológicas: estas no deberían alarmarlo, ya que podrían ser cambios naturales; no obstante, debe informarles a su médico, para asegurarse de que no haya otras causas concurrentes. Estos incluyen cambios climáticos estacionales, embarazo, dentición (para recién nacidos) o cambios en la dieta (por ejemplo, cuando viajas a otro país y no estás acostumbrado a la comida local);
- Razones psicológicas: el duelo, la depresión u otros tipos de angustia psicológica son motivos muy comunes de pérdida de apetito; Los períodos de estrés intenso o cambios importantes (comenzar un nuevo trabajo, mudarse a otro lugar, el final de una relación) también pueden llevar a la falta de apetito.
Como es tratado?
Hay varias maneras de abordar este problema, dependiendo de qué lo está causando:
- Consumir altas calorías y alimentos ricos en nutrientes: puede ayudar comer varias comidas pequeñas durante el día en lugar de comer las tres comidas grandes tradicionales por día; Debe comer alimentos ricos en vitaminas (especialmente vitaminas del grupo B), proteínas y ácidos grasos;
- Hacer ejercicio regularmente ayuda a estimular naturalmente su apetito;
- Trate de comer con otras personas tanto como sea posible, haciendo del tiempo de la comida un ritual y un momento de convivencia con sus amigos y familiares. Podría ser útil cocinar con alguien; probar nuevas recetas para estimular su curiosidad y hacer de los alimentos una actividad "lúdica" también podría ayudar;
- Si comer se vuelve tan difícil como para provocar una sensación de rechazo y náuseas, su médico puede recetarle algunos suplementos o estimulantes del apetito;
- Una vez que se han descartado todas las razones físicas, la disminución del apetito se puede considerar como una condición psicológica. Dependiendo de qué tan grave sea, es posible que tenga que ver a un psicólogo o psicoterapeuta, comenzando un viaje que podría ayudarlo a superar este problema y volver a la salud física y psicológica y al bienestar. También puede considerar técnicas para controlar el estrés: en este sentido, hacer yoga, técnicas de relajación, meditar o pasar un tiempo haciendo lo que le gusta puede ser útil. Llevar un diario sobre lo que te estresa o hablar sobre ello con amigos o familiares también podría ser útil.
¿Qué doctor debería ver?
En primer lugar, debe hablar al respecto con su médico de cabecera, quien le prescribirá algunas pruebas para descartar la posibilidad de afecciones subyacentes. Según los resultados de los exámenes, su médico de cabecera lo derivará al especialista adecuado.